sábado, 5 de marzo de 2011

Un dia a Gràcia






En el 2008 los Serveis Editorials de l’Ajuntament de Barcelona empezaron a propuesta de la promotora editorial Zahorí de ideas y bajo el título “Un dia a...” un proyecto de colección de libros en los cuales se retratan barrios de la ciudad bajo la forma aparente de un cuaderno de viaje y de la que actualmente hay ya cuatro volúmenes en la calle y se prepara la edición del quinto.

En la primavera del año 2009 este proyecto llega a mis manos a propuesta de la editora Marta Lorés, que me propone abordar mi propio barrio - Gràcia - con la indicación de seguir la pauta de mis propios cuadernos de bolsillo y los que he ido haciendo en mis viajes personales (algo de los cuales ya he mostrado por aquí) que se caracterizan por la libertad interna y una particular falta de estructura fruto de no partir de ningún plan preconcebido a no ser la idea de hacer lo que més me apetezca en cada ocasión, sin buscar más resultado que el de que de la experiencia precisa del instante quede una marca lo suficientemente interesante como para que en el devenir de las páginas me permita reconstruir la memoria con la mayor intensidad y exhaustividad posibles.

Así, hay que decir que con frecuencia resultan caóticos, lo que no importa mucho ya que tampoco están pensados para ser mostrados ni tienen que convencer a ninguna audiencia de nada.

Solo que en esta ocasión sí que había un plan preconcebido y una audiencia determinada ya que el libro iba a ser publicado y debía recoger y necesariamente hacer comprensibles algunos lugares e hitos anuales como algunos equipamientos, algunos edificios históricos, algunas fiestas y celebraciones, y a través de ellos reflejar algunos de los rasgos distintivos del barrio, de sus habitantes y del carácter colectivo tradicionalmente reconocible como gracienc. Por tanto, el libro sí necesitaba en esta ocasión sostenerse sobre una estructura que permitiera vehicular toda esa información documental, que va más allá de la experiencia despreocupada del que mira con un lápiz en la mano. Estructura que debía a su vez resultar lo más imperceptible posible para mantener la frescura del proyecto.

Bajo estas premisas, pues, abordé la representación de una especie de viaje de descubrimiento de un entorno que conozco muy bien - de hecho, vivo en Gràcia desde 1997 - procurando que dicha representación pudiera resultar verosímil, más paseando que viajando (si es que hay diferencia entre estos dos conceptos más allá de la escala) e intentando no perder frescura a pesar de ser consciente de la paradoja que implica el hecho de descubrir algo en lo que se vive y la que se desprende del hecho de que el trabajo exigiese libertad de ejecución imponiendo al tiempo condicionantes y limitaciones conceptuales como la posibilidad de hacer énfasis en otros aspectos del carácter del barrio que a mí particularmente pudieran parecerme relevantes independientemente de que esa opinión fuera del interés del Ayuntamiento de Barcelona o no.

El resultado de dicho ejercicio de estilo es mi trabajo más dibujístico hasta el momento. Trabajando del natural mayoritariamente, sin lápiz previo y sin encaje ni tanteos, directamente con la herramienta sobre el papel y componiendo en el mismo acto de dibujar (aunque hay también mucho trabajo de composición posterior porque no todos los dibujos están hechos a formato) busqué en la intensidad del gesto transmitir algo de la vida bulliciosa que el barrio tiene ya sea en los mercados, en las fiestas o en sus - jodidamente bulliciosas para los que dormimos aquí - noches. Recogí locales como La Violeta, que a la hora de publicarse el libro ya no existen, así como otros que tampoco existirán ya muy pronto. Pero también otros que renacen, como el Teatre Lliure, o que han consolidado una oferta carismática del barrio como los cines Verdi o l'Heliogàbal. Hay un montón de gente en fiestas y un montón de vermuts, hay animales, hay Gaudí, hay carteles de cerámica, hay cafés por la mañana en Virreina, hay muchedumbre en plaza del Sol, hay alguno de mis restaurantes preferidos... hay todo lo que me cupo y, en el fondo de todo, hay también una declaración de amor por un barrio en el que me sigo levantando cada mañana contento de despertar en él.

Todo esto lo presentará Jordi Hereu, el Alcalde de Barcelona, el próximo dia 14 de Marzo, lunes, a las 19:30 en el Café Salambó, en la Calle Torrijos, 51.

Quien quiera y pueda, ahí estaremos.

Y aquí, como siempre, algunas imágenes del libro.